domingo, 27 de julio de 2008

VOLVER ATRAS

VOLVER ATRAS

(Transcripción de una carta personal)

Por: (Semper Gaudens)

Correo electrónico: sempergaudens@gmail.com

Que el Dios de la gloria te bendiga siempre. Me dijiste que los hermanos están más entregados al amor en el Espíritu Santo. Que son más asiduos a la oración y a la Palabra de Dios. Bueno, hermano te ruego que ores por mí que necesito muchos sus oraciones.

Por ese amor te ruego que no te dejes confundir por los que andan predicando que hay que guardar el sábado porque -según ellos- es el día del Señor.

En primer lugar déjame decirte que el mejor día para albar a Dios es hoy; no ayer ni mañana sino siempre hoy. En cuanto a lo otro de cual es el día de la semana tenemos que consagrar al Señor desde los tiempos apostólico siempre ha sido el primer día de la semana y no el sábado. Pero desde los tiempos apostólicos hubo personas que criticaron a los que no guardaban el sábado porque –según ellos- había que cumplir la ley de Moisés.

En cuanto a esto ya el Apóstol nos advirtió que no debíamos inquietarnos por asuntos de comidas o bebidas o a propósitos de fiestas propias del Antiguo Testamento o el guardar el sábado.

“Por eso, que nadie los critique por cuestiones de alimento y de bebida, o de días festivos, de novilunios y de sábados.” (Colosenses 2, 16)

Como puedes apreciar en este texto no solo se habla de que el cristiano no esta obligado a guardar el sábado sino que también nos aclara que aquellas practicas de ley mosaica de prohibir ciertos alimentos o de conmemorar fiestas de la Antigua Alianza no era parte de la espiritualidad del creyente en Cristo. Lo de novilunios lo dice porque el calendario judío estaba basado en los ciclos lunares y por lo tanto algunas fiestas judías eran basadas en los ciclos lunares que llamaban novilunios.

Así es, hermano no permitas que nadie te señale por no vivir bajo los preceptos de la Ley de Moisés, puesto que nosotros no nos regimos bajo la ley sino por la gracia que viene de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Como San Pablo les explicaba a los hermanos en la carta a los Gálatas.

“Nosotros somos judíos de nacimiento y no

pecadores venidos del paganismo. Pero como sabemos que el hombre no es justificado por las obras de la Ley, sino por la fe en Jesucristo, hemos creído en él, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la Ley.” (Gálatas 2, 15s)

Es por ello que para nosotros es más importante los acontecimientos de la vida de nuestro Señor que las fechas que conmemora la ley de Moisés. Por eso guardamos el primer día de la semana que es el día en que el Señor con su gloriosa Resurrección nos saco de las tinieblas del pecado a luz de una vida nueva en su Santo Nombre.

En primer lugar quisiera aclararte algunos términos. El sábado en la Biblia representa el séptimo día de la semana. Es decir la semana estaba compuesta por siete días y el último día era el sábado.

Posterior al sábado se empezaba a contar otra semana. A este día que iniciaba la siguiente semana no se le tenia ningún nombre simplemente se le conocía en la Biblia como: “el primer día de la semana.” A este día (el primer día de la semana) posteriormente se le empezó a llamar el día del Señor que en español se designa como domingo que viene del latín dominĭcus die.

Debemos recordar que el primer día de la semana (domingo) fue el día en que resucitó el Señor.

“El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada” (Juan 20, 1)

Este es un acontecimiento de enorme importancia para nosotros tal y como nos enseña el Apóstol:

“Y si Cristo no resucitó, es vana nuestra

predicación y vana también la fe de ustedes.”

(1Corintios 15,14)

También la venida del Espíritu Santo fue en la fiesta de Pentecostés que se conmemora tal y como dice la palabra de Dios el día siguiente al sábado, es decir el primer día de la semana que nosotros llamamos el domingo.

“También contarán siete semanas, a partir del día en que entreguen la gavilla ofrecida con el gesto de presentación, o sea a partir del día siguiente al sábado. Las semanas deberán ser completas.

Por eso tendrán que contar hasta el día siguiente al séptimo sábado: cincuenta días en total. Entonces ofrecerán al Señor una ofrenda de grano nuevo.”

(Levíticos 23, 15s)

Nadie puede negar lo importante de este día para nosotros, ya que se nos regaló el santísimo Espíritu del Señor que habita en nosotros y nos da vida.

Por eso nos reunimos para la fracción del pan (Eucaristía) el domingo es decir el primer día de la semana. Tal y como lo hacían los Apóstoles en la primitiva comunidad cristiana.

“El primer día de la semana, cuando nos reunimos para partir el pan…” (Hechos 20, 27)

No encontremos después de la resurrección del Señor en la Escritura ni en la sagrada Tradición a los apóstoles ni a sus discípulos enseñando que hay que reunirse para la fracción del pan los sábados. Por eso los que te perturban a ti y a los hermanos de seguro se la pasan citando textos de la Antigua Alianza para justificar sus falsa doctrinas.

Por eso yo los exhorto con las palabras del Apóstol San Pablo cuando nos dice:

“Pero ahora, que conocen a Dios -o mejor dicho, que son conocidos por él- ¿cómo es posible que se vuelvan otra vez a esos elementos sin fuerza ni valor, para someterse nuevamente a ellos? ¡Observar los días, los meses, las estaciones y los años! Francamente, temo haber trabajado inútilmente por ustedes.” (Gálatas 4, 9-11)

En efecto te ruego que dejes la discusiones vanas, para que entonces puedas ayudar a los hermanos a cumplir la Voluntad de nuestro Señor dentro de la Iglesia Católica que Él fundo como columna y fundamento de la verdad.

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